Aunque
realmente llevo poco tiempo en Malawi (no llega todavía a las tres semanas),
los acontecimientos se han desarrollado en un tiempo record. En apenas 4 días después
de llegar, ya había hecho los exámenes sobre la legislación aérea nacional y ya
me habían entregado la licencia de vuelo. Para esto mismo en España me habría
tenido que armar de paciencia y haber tenido que esperar semanas o incluso
meses… (parece mentira que esté en África). De hecho, por lo que dijeron mis
jefes, mi licencia había sido la que más rápido se había expedido de todos los
pilotos que hasta ahora habían y han trabajado en Nyassa. Record.
Para que veáis que no miento.
Mi nueva licencia viene hasta con foto.
Al
tener mi licencia como ya le podía resultar de utilidad a mi empresa hice
varios vuelos de entrenamiento con otros pilotos y con mi experiencia previa consideraron
que ya podía empezar a volar yo sólo con pasajeros/clientes.
Mi
primer vuelo ha sido con una pareja volando con ellos durante una semana por
los diferentes puntos de más interés de Malawi. Aunque la verdad es que lo de: “volando con ellos durante una semana”,
realmente es un decir porque mi trabajo ha consistido en llevarlos desde
Lilongüe hasta el Parque Nacional de Liwonde, luego esperar allí cuatro días
para después llevarlos al norte de Malawi, a Chelinda, y tras otro par de días
de espera llevarlos a Blantyre. Durante estos días de espera, he podido unirme
a las actividades que mis pasajeros y resto de turistas tenían programadas,
principalmente: safaris en todoterreno, en barco y a pie.
El
viaje comenzó el jueves día 9 de febrero. Antes de nada tocaba repostar hasta
arriba el avión. La gestión del combustible es uno de los puntos más
importantes en la planificación de los vuelos, en primer lugar porque cada
avión tiene un peso máximo de despegue que en ningún caso se debe superar y
debido al tipo de vuelo que hacemos con turistas y con sus mil maletas muchas veces nuestro peso está muy cercano a ese peso
máximo. Y en segundo lugar porque la gran mayoría de sitios en los que
aterrizamos son pistas de tierra, grava o hierva dejadas de la mano de Diós,
por lo que a no ser que nuestra empresa tenga algún bidón de combustible allí no
podemos repostar, así que debemos de tener bien claro cuanta cantidad de
combustible se necesita para ir y volver.
Repostando el avión (T.I.A.)
Con
el avión ya repostado, el plan de vuelo preparado y todo listo. Recogí a mis pasajeros,
una pareja de cincuenta y pico años, él australiano, ella Tailandesa y que a
primera vista me parecieron muy simpáticos (más tarde mis suposiciones quedaron
confirmadas). Tras meter todas sus maletas y bártulos, y acomodarlos en sus
sitios, arrancamos y comenzamos el viaje.
Como
he dicho antes, el primer destino de mis pasajeros era el Lodge Mvuu a la
orilla del río Shire y en pleno Parque Nacional de Liwonde. Aunque este lodge
dispone de su propia airstrip o pista
de aterrizaje (Makanga – FWMK), al encontrarnos en la época de lluvias no se
puede utilizar pues una tormenta inesperada puede convertir su superficie de
tierra en un barrizal, impidiendo que los aviones puedan aterrizar o despegar
allí. Así que tuvimos que ir a Club Makokola (FWCM), una airstrip situada a unos 80 kilómetros de nuestro destino, pero que
por su superficie de hierba está operativa todo el año.
PA-28 con el que hicimos el vuelo en el hangar de Club Makokola.
Aunque parezca mentira ésto es una pista de aterrizaje.
Una
vez allí, el desplazamiento iba a continuar por carretera. Una furgoneta había
venido a recogernos y tras meter todos nuestras maletas continuamos el viaje.
Fue bastante curioso, porque no había hecho grandes desplazamientos en coche
desde que estoy aquí. Únicamente me había movido por la ciudad de Lilongüe y
por la carretera que lleva al aeropuerto (que está a unos 25 kilómetros de mi
casa), por lo que todo el paisaje me parecía de los más variopinto. Además de
varios pueblos con las típicas casas que nos vienen a la cabeza al pensar en
África, y autobuses improvisados en furgonetas pick-up, una cosa bastante
curiosa fue el comprobar la cantidad de Bicis-Taxi que había. Aquí la bicicleta
es un bien de lujo y no todo el mundo puede permitirse tener una, así que una
forma económica de moverse es coger una Bici-Taxi.
Pueblecito cerca de Club Makokola.
Bici-Taxi.
Igualito que en España.
Tras
una hora y media de viaje por carreteras que en España no serían ni comarcales,
llegamos al sitio donde cambiábamos de medio de transporte. Nuestro viaje ahora
seguía hacía el norte por el río Shire en un pequeño barco.
Embarcando en el bote.
Para que luego digáis que yo no salgo en las fotos ;-)
Este
viaje fue bastante divertido, porque a parte de servir para llegar hasta el
lodge también nos hicieron un pequeño safari por el río. Hipopótamos,
cocodrilos, elefantes,… y otros muchos animales más fueron los que pudimos ver
durante la hora y media que duro el viaje. Para la próxima entrada explicaré
todo con más detalle junto con el resto de safaris que he hecho durante estos
días.
Hipopótamos en río Shire.
Mis
compañeros pilotos me habían dicho que cada vez que hacen un vuelo de este tipo
se daban cuenta de lo afortunados que eran. Yo les entendía pero hasta que no
me ha pasado a mi, no me he dado cuenta de hasta que punto tenían razón. Tanto
a mi empresa, como a los turistas que vuelan con nosotros (que al fin y al cabo
son los que terminan pagando), les sale mucho más barato que los pilotos nos
alojemos en el mismo sitio que ellos en vez de estar moviendo el avión de un
sitio para otro. En un lado de la balanza se ponen los costes operativos de
mover un avión (gasolina, tasas, horas de potencial perdidas,…) y en el otro
los costes de tener un huésped durante varios días en uno de estos alojamientos
de lujo; y al final la balanza ya os podéis imaginar hacia que lado se termina
inclinando…
El Lodge
Mvuu (en Chichewa Mvuu significa hipopótamo), está dividido en dos partes: una donde se alojan los clientes más
adinerados y sus habitaciones son más lujosas, y otra algo menos lujosa y más
económica, que era donde yo me alojé. Aunque para ser sinceros no se como serán
las habitaciones y casas de la otra parte del lodge, porque yo en mis “aposentos” me he sentido como todo un rey.
Mi
residencia durante esos días se encontraba en una pequeña casita construida con
piedras y con techo de cañas, lo que hacia que dentro la temperatura fuera
bastante agradable. Dentro de la casa, había dos partes: una habitación y un
baño. La habitación tenía dos camas individuales unidas y con su
correspondiente mosquitera, un pequeño escritorio y una estantería.
Mi alojamiento durante mi estancia en Mvuu.
Interior de mi alojamiento.
Una
vez que oscurecía no te podías mover a tu antojo por el lodge, tenías que
solicitar un vigilante para que te acompañará en los desplazamientos, pues el
lodge al estar en plena naturaleza suele tener visitas bastante a menudo de
hipopótamos, y otros muchos animales.
"Cuidado con los Hipopótamos"
Mi
habitación se encontraba a unos 5 minutos de la recepción, que a su vez estaba
pegada al restaurante. Allí pasé bastantes horas pues cuatro días terminan
dando mucho de si y además de ser un sitio bastante acogedor y fresquito,
también me terminé haciendo amigo de varios de los camareros y recepcionistas, así
como de un médico inglés, y dos cooperantes holandeses de una ONG que también
estaban alojados allí.
Mvuu Camp.
La recepción de Mvuu.
La
comida era brutal, con desayunos continentales y comidas y cenas realmente
buenas. Mención a parte de los postres, pues a los Malawitanos (toma gentilicio
que me acabo de inventar) les gustan mucho los sabores dulces.
Una de mis cenas.
Para que veáis las vistas de mi comedor.
Otra
cosa bastante curiosa era que aun estando en un lodge de lujo, la luz eléctrica
estaba limitada y restringida. Únicamente funcionaba desde las 7 hasta las 12
de la mañana, y desde las 18 hasta las 21 de la noche, pues el sitio
literalmente está en medio de la naturaleza y la única manera que se tiene allí
de conseguir potencia eléctrica es a través de generadores alimentados por
gasolina.
Muchos
Besos y Abrazos desde África para todos los que me leéis. Os dejo con este
fabuloso atardecer africano.
¡¡Hakuna
Matata!!
Sunset.
Jo Sergio vaya pasada!!! Me muero de envidia!!!! Puedo ir yo tambien a pilotar aviones y que luego me lleven de paseo... Jejeje. Vaya chollazo!!!!
ResponderEliminarDisfruta muchísimo y mantennos informados que ya soy una asidua al blog jejejeje.
Besitos desde Teruel que vamos un poco más tapados que tu...
Pilar Caudevilla
Oye primo, no quiero preocuparte pero había un negro metiéndole mano a tu avión!! XD
ResponderEliminarEl bicitaxi mola, al paso que vamos en españa con el precio de la gasolina, pronto veremos de esos aquí
Bueno, que qué guay!! Está muy bien eso de que se lleven al piloto de vacaciones, a ver cuando te toca llevar a un grupo de cheerleaders pijas o de solteronas jovencicas de perras, eh?
Por cierto, me encantan las fotos, sobretodo la última.
Sigue así, mola el blog.
Sigue disfrutando y contándonos cosas. Y disfrutarás más si te contamos la cantidad de días que hemos sufrido temperaturas de bajo cero mientras tú te paseas con atuendo veraniego. ¡Esto es España!
ResponderEliminarBesos
Muy interesante el blog Sergio, una gran idea. Disfruta mucho y sobre todo por Dios calcula bien el combustible no te nos vayas a quedar por ahí tirado. Disfruta todo lo que puedas!!!
ResponderEliminarPEDRO
Hola sobrino, aquí estamos tu mami y yo cotilleando.... Jajaja que digo... Que el monico , no lo puedes echar en la maleta para casa( lety y mikakel se lo pasarían de lujo)ahhhh y mira haber un viaje para familia numerosa y vamos todo para allí ... Jejé las fotos nos encanta. Los atardeceres una pasada.... Bueno carińo besos de la lamadrineta y mamimaite. Lety que mucho morro tu
ResponderEliminarMuackkkkkkkkssssssssssssss
TIA vivi - mami
Woooooooow! Estaba pensando exactamente lo mismo. Y lo he visto escrito: Qué afortunado eres! Y poco más puedo decir. I LOVE JAMÓN! :)
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